Sorpréndete con el Encanto Único de la Cerámica Mumyoi-Yaki

Cerámica Mumyoi-Yaki: El Arte Alfarero de Sado

En el corazón de la isla de Sado, bañada por las aguas de Niigata, Japón, se forja una tradición milenaria que cautiva los sentidos y embellece el espíritu: la cerámica Mumyoi-Yaki, una tradición que trasciende el simple acto de crear objetos para convertirse en una expresión artística de la naturaleza y la cultura de su entorno.

El alma de Mumyoi-Yaki reside en su materia prima, la arcilla Mumyoi, enriquecida con óxido de hierro procedente de las antiguas minas de oro y plata de Sado. Esta arcilla, al ser sometida a altas temperaturas, revela una fortaleza inusitada, capaz de emitir un sonido metálico claro al ser tocada, signo inequívoco de su solidez. Con el uso, estos objetos no solo mantienen su esplendor, sino que lo incrementan, ofreciendo un brillo que evoca la conexión profunda con su origen terrenal.

La creación de cada pieza de Mumyoi-Yaki es un diálogo con la tradición y la innovación. Los artesanos de Gyokudo Kamamoto, guardianes de este arte, no solo buscan preservar los estilos tradicionales, sino que exploran las posibilidades de la arcilla para descubrir nuevas variantes de color y textura.

Cerámica Mumyoi-Yaki
Cuenco para el té de cerámica Mumyoi de JapanSecondHand

Este proceso creativo se enriquece con el uso de esmaltes naturales, obtenidos de las rocas de Sado y el carbón de madera, que al combinarse en el horno de ascenso, revelan una paleta de colores tan rica y sorprendente como la propia isla.

La técnica de Mumyoi-Yaki es una danza de precisión y delicadeza, donde cada objeto, aún en su estado semi-seco, es pulido con una espátula en un proceso conocido como «nama-migaki» o pulido crudo. Esta etapa prepara la superficie para un segundo pulido con arena tras la cocción, asegurando una suavidad y un acabado que realzan la belleza intrínseca de la arcilla. Este meticuloso proceso no solo fortalece la pieza, sino que también contribuye a la resonancia única que caracteriza a Mumyoi-Yaki.

La magia de Mumyoi-Yaki no termina en su estética. La arcilla Mumyoi, según se cree, posee propiedades medicinales, capaces de aliviar dolencias y promover la salud. Este aspecto, unido a la capacidad de las piezas de este tipo de cerámica japonesa para realzar el sabor de bebidas como el té, el sake, la cerveza o el café, las convierte en objetos no solo de belleza, sino de bienestar.

La historia de Mumyoi-Yaki es un relato de transformación y resiliencia. Nacido de la arcilla de las minas de oro de Sado en 1819, este arte ha evolucionado desde sus primeras expresiones en piezas de Raku, hasta alcanzar la excelencia en la cerámica de alta temperatura bajo la visión de pioneros como Jinbei Ito y Tomitaro Ito.

La dedicación y el ingenio de generaciones de artesanos han elevado Mumyoi-Yaki a la categoría de Propiedad Cultural Intangible Importante Nacional, un merecido reconocimiento a su valor artístico y cultural.

Explorar Mumyoi -Yaki es adentrarse en un mundo donde la tierra, el fuego y el talento humano se entrelazan para dar vida a piezas que trascienden el tiempo y el espacio, contando historias de una isla rica en historia, belleza y misterio. La próxima vez que sostengas entre tus manos una taza de Mumyoi-Yaki, recuerda que no es solo un objeto, sino un pedazo de la isla de Sado, moldeado con pasión, historia y un profundo respeto por la naturaleza.

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