Cerámica Wari: Legado Artístico Precolombino
La cerámica Wari o Huari, parte fundamental de la alfarería y el arte precolombino, refleja la riqueza cultural de un imperio que dominó los Andes centrales entre los siglos VII y XIII d.C. Este legado artístico destaca por su complejidad técnica y diversidad estilística, invitando a explorar las profundidades de una civilización que marcó un antes y un después en la historia andina.
¿De dónde viene la cerámica Wari?
La fascinante cerámica Wari encontró su cuna en un vasto imperio que se extendía a lo largo de lo que hoy conocemos como Perú, abarcando desde las regiones costeras hasta las alturas de los Andes.
Este enorme territorio fue testigo del florecimiento de la cultura Wari, especialmente entre los siglos VII y XII, periodo durante el cual esta civilización alcanzó su apogeo, antes de dar paso a la expansión del posterior y más conocido Imperio Incaico.
Una de las primeras cosas que notarás de la cerámica Wari es su excepcional calidad y la estética detallada de sus piezas hechas con arcilla de gran calidad.
Características distintivas de la cerámica Wari
La cerámica Wari se caracteriza por su notable tamaño, con piezas que pueden superar los 30 cm de altura, y en algunos casos, alcanzar hasta 90 cm.
Esta cerámica, que formaba parte esencial de las prácticas religiosas y ceremoniales de la cultura Wari, se distingue por su diversidad estilística, que incluye formas variadas como botellas con cuello y base plana, botellas de dos picos, doble cámara, y cántaros con cuello alargado.
Los motivos decorativos de estas piezas cerámicas van desde elementos simbólicos hasta figuras dimorfas, inspirándose frecuentemente en animales o seres mitológicos, y utilizando una paleta de colores vibrantes.
La cerámica Wari se desarrolló en distintos estilos y fases, tales como Chaquipampa, Conchopata, Robles Moqo y Niñaque, cada uno con características propias y adaptadas a las influencias culturales y geográficas de su tiempo.
Entre los lugares clave para la producción y comercialización de esta cerámica destacan los yacimientos arqueológicos de Conchopata y Chakipampa en Ayacucho, que demuestran la influencia de culturas vecinas como la Nazca y la Tiahuanaco.
Además, la cerámica Wari se enmarca dentro de una rica tradición artística que incluye también los textiles, la orfebrería y el arte plumario, reflejando una sociedad compleja con una jerarquía de clases y oficios bien definida. Su arte y artesanía, con un fuerte componente religioso y ritual, dejaron un legado cultural que trasciende hasta la actualidad.
¿Cuáles eran las más importantes piezas de cerámica Wari?
La producción de cerámica Huari era muy variada, estas son algunas de las piezas que más se conocen hoy en día y que son características no sólo de este pueblo, sino de toda la cultura precolombina.
Urnas grandes de estilo Conchopata: Estas urnas, que podían medir aproximadamente 80 cm de alto por 90 cm de diámetro, se utilizaban como depósitos de ofrendas. Estaban decoradas con personajes similares a los de la Puerta del Sol de Tiahuanaco, y empleaban una paleta de colores que incluía el rojo, gris, crema, negro, blanco y púrpura.
Vasijas ceremoniales de estilo Robles Moqo: Destacan por su tamaño y por incluir urnas, cántaros con caras en el gollete, figuras de llamas y vasos, con alturas que varían entre 66 cm y 55 cm. Se decoraban con motivos fitomorfos, como mazorcas de maíz, y otros diseños geométricos y naturales, utilizando colores como el rojo, blanco, púrpura, gris, crema y negro.
Objetos cotidianos de estilo Chaquipampa: A diferencia de los estilos anteriores, la cerámica Chaquipampa incluía piezas de uso diario, como vasijas, cuencos y botellas modeladas en formas humanas o de tubérculos, decoradas en colores blanco, púrpura, gris y crema.
Cuencos semiesféricos y vasijas de estilo Viñaque: Este estilo se caracteriza por piezas como cuencos semiesféricos y pequeños cántaros o vasijas con cuello efigie, decorados con figuras geométricas de felinos, plantas estilizadas y bandas de greca
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La influencia cultural de la cerámica Huari
La influencia cultural y religiosa en la cerámica Wari o Huari es evidente en la integración de estilos y motivos tanto locales como de otras regiones, como Nazca.
Esta fusión refleja no solo la expansión territorial de los Huari sino también la adopción de elementos de prestigio y posiblemente de cosmogonía compartida entre diferentes culturas andinas.
Las prácticas de entierro y los objetos colocados en las tumbas, como las cabezas trofeo, indican una compleja interacción entre lo local y lo imperial, subrayando la dominancia política, social y económica de los Huari.
La cerámica Wari refleja la complejidad y diversidad de esta cultura andina, destacando por su fusión de estilos locales e influencias de otros pueblos del sur de América. Esta interacción cultural evidencia la expansión y el dominio Wari, marcando un capítulo significativo en la historia precolombina andina.
La práctica de incluir objetos ceremoniales y de prestigio en las tumbas subraya la importancia de lo religioso y lo social en su arte cerámico. En definitiva, la cerámica Wari es un testimonio invaluable de la sofisticación artística y la dinámica cultural de este antiguo imperio.